La izquierda necesita enemigos. La derecha, vanidad. Así somos en España. A la izquierda le cuesta fundamentar un discurso si no tiene un enemigo, si no tiene su lucha de contrarios. Franco, Aznar, Federico Jiménez Losantos y demás personajes le dan a la izquierda hoy en día argumentos para su propia identidad. A la derecha la mueve una estúpida conciencia de salvar el mundo. También la vanidad y la prepotencia, además del desprecio que le da creerse más sabia y mejor preparada que el resto. Por supuesto, a ambos les mueven los prejuicios y la convicción infantil que todos tenemos de que lo nuestro es lo mejor y de que es el otro el que está equivocado. Esto de la izquierda y la derecha, en el fondo, es una gaita. Otro día hablaremos de las cosas que nos unen, aunque eso es más difícil. ¿No?
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¿La denuncia de Gallardón a Losantos fue por la necesidad de la izquierda de buscarse enemigos?
Ambos, derecha e izquierda, y todos los políticos en general, lo único que hacen es engañarnos mientras no trabajan. Y nosotros tragamos.
Y les pagamos el sueldo por no rabajar. ¡YA LES VALE!