Se lo digo en pocas palabras: ayer vino el señor López Garrido, Secretario de Estado para la Unión Europea, tuvo el valor de hablar de la travesía central del Pirineo utilizando los tópicos de siempre y se fue con una medalla. Vergüenza y ridículo es lo que deberíamos sentir al ver cómo una semana después de no haber rascado bola en la cumbre con Francia, de la que sólo nos ha quedado el recuerdo de las «princesitas culopretos», venga un señor con una responsabilidad política tan grande a tratarnos como los tonticos de la clase. Nos lo tenemos bien merecido. Se nos ríen todo lo que quieren. López Garrido dice junto a Marcelino que la travesía central es importantísima, que ya hablaremos de ella dentro de unos meses. Nos pasa la mano por el lomo, no nos da nada y nos quedamos tan anchos. Después, va al ayuntamiento a que le den una medalla. Así nos va.
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