Escribo esto por una iniciativa surgida en el Blogellon, una reunión de gente con blog a la que aún no he podido ir, pero a la que me siento cercano.
Aunque no se lo crean, me sé de memoria casi toda la película «La ciudad no es para mí». El guión lo escribió Lázaro Carreter con un seudónimo y la interpretación de Martínez Soria es soberbia.
Esa película es fundamental para mi familia. Me quedo con la bondad y la humanidad que transmite el personaje del tío Agustín. Esta película no es una paletada. Es cultura y todo el que se sienta aragonés y español debería verla y también vivirla.
El otro día estuve en el parque Grande y me acerqué a la escultura de Martínez Soria. Leí una frase suya que me encantó: «Hacer reir es una bonita forma de hacer el bien».
¡Quédese tío Agustín!
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[…] aragoneses. Sin embargo, olvidados por la blogosfera, que prefiere homenajear a mediocres como Paco Martínez Soria este año o, peor aún, a Fernando Esteso, el año […]
He tenido la suerte de pisar cuatro veces el escenario del Teatro Bellas Artes de Tarazona. Siempre he aprovechado la ocasión para recordar a Don Paco, lo mismo que a Raquel Meller, ambos artistas turiasonenses universales.
Ahora que todo vale y que la censura prácticamente no existe, cualquier “cómico” y cualquier “director” pueden hacer soltar la carcajada a base de excesos de todo tipo. Pues bien, Don Paco lo conseguía con un humor sencillo, un humor para todos los públicos. Algo muy difícil de conseguir. Algo que demuestra lo gran actor que fue.
Es curioso que la excelente página que tiene en la Red, sea gestionada por un joven de algo más de treinta años de edad que, además, no es de Tarazona, sino catalán. Tuvo a bien facilitarme una foto para mi Web nostálgica. Una que a mí me recordaba mi niñez, cuando en las Fiestas del Pilar, venía año tras años a representar “La ciudad no es para mí” en el desaparecido Teatro Argensola.
Rafael, ¿Dónde estaba el Argensola?
El Teatro Argensola estaba en Pº.Independencia núm. 25, aunque la entrada a las butacas más económicas de anfiteatro o general, se hacía por C/Sanclemente. Como ocurría con la mayor parte de los teatros de Zaragoza, se utilizaba como sala de cine durante casi todo el año, salvo en Fiestas del Pilar, o representaciones puntuales. También allí podíamos asistir a concursos de radio o conciertos musicales, los domingos por la mañana cuando, siguiendo el ejemplo del Price (Madrid), se ofrecía a los jóvenes de la época la oportunidad de emular a Elvis, The Shadows, The Beatles, etc.
Yo también he visto unas cuantas veces «La ciudad no es para mí». Lejos de criticar el tipo de humor que se pueda derivar (todos muy respetables), me indigna la moraleja machista que acompaña esta película (me refiero a esta por ser la más taquillera) y a casi todas las que protagonizó. Exigencias del régimen franquista, supongo, aunque nunca lo vi muy desmarcado de estas actitudes…