Califica este artículo.
[Total: 2 Average: 3]

Hidrógeno, Litio, Sodio, Potasio, Rubidio, Cesio y Francio. Repetimos. El maestro sabe que está utilizando una técnica de la vieja escuela, pero se lo permite. Es consciente de que los alumnos no olvidarán la tabla periódica. ¡Pérez V., a la pizarra! Eduardo obedece. Es tímido y tiene gestos de inseguridad. Fue nuevo y eso se paga. El maestro le hace preguntas sencillas y Pérez V. responde con acierto. Coge la tiza y copia algunos datos que el profesor le indica. Se afana en resolver un problema que el resto de compañeros ve muy complicado. Lo hace con una facilidad extraña. El maestro pregunta más y el alumno responde con aplomo. La clase reacciona con risas como una masa idiota. El maestro pide silencio. Aunque no es muy consciente, el grupo está asistiendo a un alumbramiento, al nacimiento mágico y delicado de una vocación. Pérez V. continúa con la tiza. No necesita ayuda. Llega al final del problema sin conocer la teoría que todavía no se ha explicado. Es una facilidad natural, un don. Los compañeros lo miran como si, de pronto, se hubiera subido a un monociclo y comenzara a hacer malabares con diez pelotas. El maestro tira del hilo con delicadeza. Cuida a Pérez V. sin que se note. Boro, Aluminio, Galio, Indio, Talio. ¡Todos! Boro, Aluminio, Galio, Indio, Talio. Pasan treinta años y el maestro se apaga en un hospital por culpa de un virus implacable. Pérez V. sigue de cerca el triste proceso. El maestro ya no sabrá que Pérez V. ha sacado plaza de profesor de química en la Complutense. Flúor, Cloro, Bromo, Iodo, Astato.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *